El impétigo es una infección de la piel, contagiosa y superficial, generalmente causada por bacterias y que generalmente afecta a niños, aunque el contagio puede afectar a personas de cualquier edad. Esta enfermedad tiene tres tipos básicos, los cuales son el impétigo del recién nacido, el contagiosos y el ectima.
Los microorganismos que con más frecuencia se encuentran en estas infecciones son: Los estafilococos, estreptococos y neumococos ; sin embargo, en algunos casos, la etiología del padecimiento puede ser viral. Varias epidemias han sido producidas por Staphylococus aureus, tipo de fago 80/81. Habitualmente no se encuentran síntomas generales. Las lesiones debidas a Pseudomonas pueden producir úlceras necróticas abultadas.
Este se presenta generalmente en niños mayores y generalmente se debe a estreptococos del grupo A o a estafilococos. Una historia familiar de enfermedad estreptocócica puede proporcionar la clave del diagnóstico. Generalmente aparece en las partes expuestas (cara, oreja y alrededor de las narinas), pero puede afectar cualquier área.
Las lesiones generalmente son múltiples y varían de forma y tamaño ; consisten de vesículas, ampollas y más comunmente de costras de color café o pajizo con una base eritematosa. La curación espontánea tiende a iniciarse en el centro y produce lesiones y circinadas que pueden en ocaciones confundirse con la tiña del cuerpo.
El ectima se diferencia del impétigo únicamente en que las lesiones son más profundas y por ello suelen dejar pigmentaciones y cicatrices superficiales.
En el caso de impétigo del recién nacido, los casos leves se curan con la simple exposición al aire y el uso de desinfectantes locales. Los casos moderados pueden ser tratados localmente con bacitracina, neomicina o polimixina en ungüento (solo o combinado).
La terapéutica sistémica por antibióticos se encuentra indicada en los casos graves o en prematuros y pueden combinarse con terapéutica local.
Para el impétigo contagioso y ectima el médico empleará medidas locales, tales como romper todas las vesículas intantas o las pústulas maduras, extirpando las costras y otros residuos mediante lavados con detergentes antisépticos y agua.
Puede ser necesaria la aplicación de compresas húmedas para ablandar las costras antes de ser extirpadas.
También está indicado el uso de ungüentos con antibióticos (que no sea penicilina) en una base hidrosoluble, por lo menos 3 veces al día durante 5 días. El empleo de sulfonamidas tópicas y de penicilina se encuentra contraindicado debido a la gran tendencia que existe hacia la sensibilización para estas drogas.
En ocaciones se requiere la administración de antibióticos por vía sistémica, debido a la resistencia a la terapéutica local
El impétigo generalmente responde bien al tratamiento, pero las lesiones cutáneas pueden actuar como sitios primarios para infecciones metastásicas. Debe observarse la posible aparición de neiritis y otras complicaciones consecutivas a las infecciones con estafilococos o estreptococos.
En el caso del impétigo del recién nacido, la enfermedad por lo general es leve y de recuperación completa.
En ocasiones puede presentarse la muerte consecutiva a la septicemia, especialmente en los lactantes enfermos y en los prematuros.
Como complemento al tratamiento convencional se puede aplicar tratamiento homehopático, para así disminuir la posibilidad de propagación de la enfermedad a otras partes del cuerpo. En este caso la medicina homehopática recomienda el consumo de Grafitos 30 CH, Mezereum 15 CH, Arum triphyllum 5 CH y Mezereum 9 CH, Psorinum, Antimonium crudum 5 CH y Petroleum 5 CH.
La aplicación de cristales de aloe vera (sábila), así como pomadas a base de caléndula y mático son buenos complementos en el tratamiento del impétigo. Para una recuperación máspronta e beneficioso tomar infusiones tanto de uña de gato (Uncaria tomentosa), como de equinácea.
La mejor manera de prevenir esta enfermedad es desinfectando siempre cualquier herida, rasguño, ronchita, que parezca infectada o picadura de insecto, ya que es precisamente así que el estafilococo y estreptococo penetran.
Buenos agentes para desinfectar las heridas y rasguños son el alcohol y la povidona yodada entre otros.
Debemos siempre mantener una buena higiene, lavando periodicamente nuestras manos con agua y jabón.
Es importante evitar el contacto directo con personas que esten cursando esta enfermedad, ya que es bastante contagiosa.
Una alimentación equilibrada también nos ayuda a mantener altas las defensas que hacen frente a los agentes infecciosos en general. Así como el incorporar alimentos ricos en carotenos, vitamina C y Zinc ayudan a la cicatrización y a la buena salud de la piel en general.