La varicela es una enfermedad infectocontagiosa y epidémica, característica de la edad infantil ocasionada por un virus llamado varicella-zoster, el mismo que causa el herpes zoster en personas que previamente han padecido varicela. 

 

Esta enfermedad se contagia de persona a persona, mediante gotas provenientes del aparato respiratorio o por contacto directo con artículos contaminados recientemente. 

 

La varicela es conocida también como "viruela loca" y "peste cristal".

 

 

 

Se caracteriza por: el período de incubación oscila alrededor de dos a tres semanas; se inicia con fiebre ligera, dolores en las articulaciones de los huesos y en la espalda, pérdida del apetito, vómitos, diarrea; hace su aparición una erupción, que se acompaña de picor, caracterizada por la presencia de unas vesículas localizadas sobre la cara anterior del tórax, la espalda y los hombros; menos numerosas en las extremidades; el raras ocasiones se pueden observar localizadas en plantas y palmas, estas al principio son como unas manchas enrojecidas y ligeramente elevadas y posteriormente se transforman en vesículas que están rodeadas de un halo rojo; el contenido de las vesículas al principio es transparente y luego es de un color blanquesino o amarillento. Al cabo de 24 horas la vesícula se arruga, adoptando un color rojo obscuro; posteriormente estas vesículas se desecan y se inicia las descontracción; las costras se desprenden, quedando manchas de color café con leche, que luego desaparecen, sin dejar ninguna señal, aunque en ocasiones determina la aparición de una cicatriz.

 

El picor, que puede ser muy intenso y molesto, expone al paciente a las lesiones derivadas del rascado. Sólo en casos raros se presenta el anantema (aparición de vesículas sobre la mucosa de la boca, conjuntivas y faringe). Es muy típica la presencia en un mismo individuo de lesiones cutáneas en distinto estadio cicatricial se observa una erupción reciente y florida.

 

el curso es benigno, siendo excepcionales las formas graves, que afectan únicamente a niños de mayor edad.

 

Con muy raras excepciones, la inmunidad a la varicela dura toda la vida; aunque el individuo con historia de varicela puede desarrollar herpes zoster, en la edad adulta o tercera edad.

 

 

 

Si se practicara un examen de sangre, este podría arrojar leucopenia en las primeras fases. 

El número de leucocitos puede aumentar con la infección secundaria extensa de las vesículas.

 

 

 

Especial cuidado deben tener las mujeres embarazadas que no han padecido la enfermedad ni han sido vacunadas, ya que el feto en gestación podría resultar afectado. Es importante por lo cual, que quien esté embarazada evite todo contacto con personas que cursan una varicela.

 

 

 

El prurito puede mejorarse con la aplicación local de loción de calamina, ungüentos anestésicos locales suaves, povidona yodada, polvos inertes, como talco mentolado o antisépticos y antihistamínicos sistémicos.

 

Los antivirales tipo aciclovir, deben administrarse unicamente si el médico así lo indica.

 

Como medidas generales deben mantenerse las uñas cortas 

 

 

 

 

1. Manténganse las uñas cortas y hágase que el paciente use guantes en caso de ser necesario para prevenir escoriaciones.

 

2. La lesiones bucales y perineales deberían ser tratadas mediante lavados, gargarismos y compresas salinas.

 

3. Los baños de esponja con jabones antisépticos hacen disminuir el prurito y reducen la frecuencia de infecciones bacterianas secundarias 

 

 

 

Puede presentarse una infección secundaria de las vesículas. Es rara la encefalitis. La enfermedad severa, con elevados índices de mortalidad, ha sido asociada al uso de medicamentos que alteran el mecanismo inmunizante (esteroides y terapéutica de antimetabolitos).

 

 

 

En la actualidad existe una vacuna para prevenir la varicela, la cual se aplica a los niños en 2 dosis, la primera entre los 12 y los 15 meses de edad, y la segunda, entre los 4 y los 6 años de edad.  

 

La profilaxis con globulina inmune ha sido mensionada como capaz de modificar o prevenir la enfermedad. La dosis es de 1ml/kg, aplicada dentro de los primeros seis días después de la exposición.

 

 

 

En la enfermedad no complicada es excelente. La formación cicatricial por infección secundaria de la erupción es frecuente. 

 

Si existe encefalitis, el pronóstico es malo con incidencia alta de secuelas en los pacientes que sobreviven.

 

Se ha reportado la muerte en casos de varicela, en niños bajo terapéutica a largo plazo a base de corticoides.