En esta enfermedad, y por causas aún no bien conocidas, el páncreas se inflama de forma repentina. La hipótesis más aceptada del origen de este mal apunta a que los jugos pancreáticos, formados por anzimas muy activas, se derraman fuera de sus conductos normales, produciendo entonces irritaciones en ciertas zonas del páncreas.

 

 

 

Dentro de los procesos inflamatorios agudos del páncreas, se suelen distinguir una pancreatitis aguda intersticial y una pancreatitis aguda hemorrágica. El primer tipo se puede manifestar en el curso de una parotiditis epidémica (paperas) o como consecuencia de otras afecciones virales. En este caso, el proceso inflamatorio se desarrolla en una localización intersticial, es decir, en el tejido conjuntivo que une los segmentos inter e intralobulares que forman el páncreas. La pancreatitis aguda hemorrágica o necrosis pancreática aguda es un grave proceso patológico de evolución rápida, la mayoría de las veces con un final mortal.

 

 

 

Los dos tipos de pancreatitis mencionados anteriormente se distinguen muy claramente por los distintos síntomas que presenta cada uno. La primera se manifiesta con dolores epigástricos, vómitos, elevación de la temperatura corporal y gases. El pronóstico es favorable, aunque pueden quedar de forma residual pequeñas zonas de fibroesclerosis de tejido pancreático.

 

Por su parte, la sintomatología de la forma hemorrágica está caracterizada por un violento dolor en la zona epigástrica o pareumbilical, vómitos, gases y defensa de la pared abdominal, con fiebre y schock frecuente. Si no se interviene a tiempo, la muerte se da en un alto porcentaje de los pacientes.

 

Es importante con fines diagnósticos encontrar una amilasa en sangre aumentada.

 

 

 

Será siempre hospitalario, para permitir la administración de los líquidos y medicamentos necesarios mediante un "gota a gota" intravenoso. El dolor, siempre muy violento, será aliviado mediante la administración de analgésicos. Pasados unos días, el paciente podrá comenzar a tomar alimentos, siempre de manera gradual y tras unas pocas semanas se repetirán las pruebas analíticas a fin de evitar recaídas que lleven a una cronicidad de la enfermedad.