El herpes zoster es una infección aguda del sistema nervioso central ocasionada por un virus llamado varicela zoster, el cual puede actuar años después que la persona haya contraido varicela.

 

El herpes zoster es conocido también con el nombre de culebrilla y suele presentarse en personas de la tercera edad, sobre todo si bajan las defensas.

 

 

 

Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de vesículas, que se distribuyen a lo largo del trayecto de un nervio sensitivo. En ocasiones se inicia la afección con escalofríos, fiebre, malestar general y dolor más o menos variable a lo largo del nervio enfermo; al cabo de pocos días aparecen las típicas vesículas agrupadas, del tamaño de una cabeza de alfiler a de una haba, redondeadas o irregulares, rodeadas de un halo inflamatorio enrojecido. Dichas lesiones  siguen el trayecto del nervio afectado, siendo más frecuentes en la región del tórax y acostumbrando a ser unilateral; al cabo de unos días estas vesículas se desecan y forman escaras (costras); con bastante frecuencia, al cabo de algún tiempo persisten los dolores en la región afectada.

 

 

 

Para disminuir la intensidad de los síntomas el médico suele recomendar antivirales tanto en comprimidos como en ungüentos.

 

Los antidepresivos tricíclicos también pueden ser recetados, así como las inyecciones del complejo vitamínico B.

 

Para aliviar el dolor pueden indicarse anestésicos locales.

 

 

 

Desde hace más de una década existe una vacuna contra el herpes zoster, la cual ayuda a evitar que la enfermedad se presente y en caso de presentarse los síntomas serán menos intensos para el paciente, además de baja el riesgo de sufrir una neuralgia posherpética..

 

La vacuna está indicada para personas mayores de 50 años.