La blefaritis es la inflamación del borde de los párpados. Las causas más importantes de blefaritis son: factores hereditarios y constitucionales, hipermetropía, astigmatismo; rinitis crónicas, trastornos hormonales, carencia de vitaminas, acción constante de determinados agentes, tales como partículas de polvo, humo, etc. 

 

La blefaritis seca se caracteria por presentar un enrojecimiento del borde del párpado, asociado a una inflamación crónica de la conjuntiva; sensación de picor y ardor del borde del párpado: en ocasiones, aparecen unas pequeñas escamas granosas, que se fijan en las pestañas.

 

La blefaritis ulcerosa se caracteriza por presentar además de lo enumerado en la blefaritis seca, la afección de los folículos de los pelos, en los cuales se forman unos pequeños "granos", posteriormente se abren y ulceran; la lesión está recubierta por unas costras amarillentas, debajo de las cuales se aprecia la piel del párpado muy enrojecida y ulcerada; si la lesión progresa, gradualmente se van cayendo las pestañas que se conservan son cortas y retorcidas, adoptando una dirección viciosa, dando lugar entonces a la "triquiasis", o sea que las pestañas se dirigen hacia dentro.

 

 

 

Se basa en combatir la causa productora. Sin embargo, no siempre es uno solo el agente causal, sino que pueden confluir varios, dando lugar a formas graves. En estos casos el tratamiento será más local que general, aunque se distingan las causas y se actúe sobre ellas. Suele dar buen resultado lavar la zona afectada con agua tibia en la que se habrá disuelto sal común o bicarbonato sódico. Si los síntomas no remiten, se debe consultar un oftalmólogo.