Acerca de la Cistitis
Cistitis es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria. La cistitis usualmente es secundaria a infecciones del riñón, de la uretra y de la próstata. Las causas más frecuentes son: pielonefritis, prostatitis, irritación prolongada producida por cálculos, uretritis, etc. ; son factores predisp
onentes la debilidad, el alcohol, el estreñimiento, la hipertrofia prostática, el embarazo, la diabetes, la prolongada permanencia en la cama, paso de instrumento
s para fines diagnósticos., etc.
Origen
La simple localización de los gérmenes en la vejiga no resulta suficiente para provocar la inflamación; es necesario que el germen sea particularmente virulento o que un trauma , por ejemplo, haya provocado un debilitamiento en la resistencia de la pared vesical (típico es el caso del traumatismo por catéter) o, todavía más, si se han producido obstáculos transitorios o permanentes al flujo vesical provocando estasis urinaria en la cavidad, como ocurre en la congestión vesical y afecciones similares. Esta enfermedad aparece con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres, siendo en éstos en muchas ocasiones, un reflejo de anormalidad en las vías urinarias.
Síntomas
La cistitis aguda se caracteria por: comienzo súbito, dolor en el hipogastrio; necesidad imperante de orinar repetidas veces: dolor intenso en la vejiga urinaria al orinar; tenesmo vesical; escozor y ardor durante la micción; es frecuente la presencia de piuria (pus en la orina) y hematuria (sangre en la orina); es frecuente el estreñimiento y la debilidad general.
En las cistitis crónicas, las manifestaciones que aparecen son similares, menos intensas, siendo usualmente secundarias a cistitis agudas.
El pus emitido puede ser más o menos abundante, y dependiendo de ellos, enturbiar la orina o llegar a hacerla viscosa y de olor nauseabundo, En los casos más agudos e intensos se pueden producir micciones cada cinco minutos. El tenesmo está caracterizado por la necesidad imperiosa de orinar, emitiendo cada vez sólo unas pocas gotas de orina y acompañándose esta micción de sensación quemante.
El dolor es también de tipo urente, localizado en el hipogastrio con frecuente irradiación hacia el periné y la uretra. La fiebre en las formas sin estasis urinaria puede faltar, mientras que es constante, elevada y con crisis (fiebre urinaria), precedida de escalofríos si existe retención de orina en la vejiga. A veces esta fiebre puede ser muy elevada. En las formas con curso crónico se observan los mismos síntomas, pero mucho más atenuados.
Diagnóstico
La sintomatología descrita y un cuidadoso examen de la orina permiten el diagnóstico en la mayoría de los casos. En algunos de ellos puede resultar útil un control cistoscópico y un estudio de la flora urina
Tratamiento
El tratamiento apunta a eliminar la causa que ha provocado la cistitis. Este consiste en la acidificación de la orina y en la administración de antisépticos, antibióticos de amplios aspectro y sulfamidas por vía oral. En ciertos casos es necesario un cateterismo permanente acompañado de lavados frecuentes.
Es importante que el paciente aquejado de cistitis consuma una cantidda suficiente de líquidos.
Como complementos naturales al tratamiento médico, está la infusión de llantén, pichiromero, pelos de choclo (elote) y el jugo natural de arándanos rojos. Este último contribuye a acidificar la orina, haciéndola un medio hostil para la proliferación de gérmenes.