El calambre es una contractura involuntaria, fuerte y dolorosa de un músculo o de un grupo de múspculos. Puede producirse en cualquier territorio corporal, pero la localización más frecuente es aquella que afecta a la pantorrilla (en concreto, a los músculos gemelos). 

 

La sintomatología se caracteriza por un dolor local y un aumento notable de la consistencia del músculo afecto por el calambre (valorable a la palpación).

 

Este tipo de afección se produce con mayor frecuencia en profesionales del tipo de los escritores y los pianistas, en los cuales recibe el nombre específico de espasmo funcional. 

 

En personas de la tercera edad, a menudo ocurre por un estrechamiento de los vasos sanguíneos.

 

Cabe destacar que los calambres pueden ocurrir durante la práctica de un ejercicio vigoroso, incluso en personas sanas. Estos pueden ser peligrosos si ocurren nadando.

 

 

La terapéutica consiste en el masaje, en la aplicación de calor y en la administración preventiva de sedantes o de miorrelajantes (productos para la relajación muscular). 

 

Si el calambre esta relacionado a la falta de algún mineral como calcio, magnesio o potasio , el médico puede recomendar un suplemento.

 

Una excesiva pérdida de sodio también puede dar origen a calambres, para ello se deben reponer las pérdidas bebiendo un vaso de agua al se haya añadido media cucharadita de sal.

 

Puede ser útil mover el pie, para estirar los músculos de las extremidad inferor afectada por un calambre.