La catarata es una afección ocular, caracterizada por la opacificación  del cristalino, que pierde su normal transparencia después de un proceso degenerativo de su tejido. Puede comprometer gravemente la función de la vista sobre todo si aparece en la edad avanzada. 

 

El término catarata se refiere a que quien la padece ve nublado como a través de una catarata.

 

La catarata puede ser de dos tipos: congénita y adquirida. Esta subdivisión, basada en la época de aparición, en el nacimiento para la primera, y en distintas épocas de la vida para la segunda, se justifica también por algunas características clínicas: la catarata congénita, en la mayor parte de los casos, es estacionaria y parcial, mientras que la catarata adquirida es progresiva y total.

 

La excesiva exposición a radiaión UV puede contribuir a la aparición de cataratas, de hecho en zonas como Punta Arenas, en Chile, las ovejas de tierna edad presentaban cataratas debido a esa exposición, en una zona que estuvo afectada por la destrucción de la capa de ozono. Se recomienda por ello el uso de gafas con filtro UV.

 

Las cataratas son una de las causas más comunes de ceguera a nivel mundial, ya que lamentablemente existe una llamada "ceguera social" debido al poco acceso a una cirugía oportuna por falta de recursos económicos.

 

 

 

La opacidad en sí, formada dentro del cristalino, produce en el paciente diversas alteraciones de la visión: sensación de estar viendo a través de un velo, mala visión con luz débi, hipermetropía por el aumento del índice de refracción, etc. El proceso progresa poco a poco, profundizando y extendiéndose la opacidad, con lo cual la cámara anterior el ojo tiende a reducirse por inhibición hídrica, la cual va en contra del cristalino. Además, con el proceso de la opacidad, las fibras lenticulares tienden a prder agua y, por lo tanto, la hinchazón regresa, por lo que de la fase de intumescencia se pasa a la catarata madura, caracterizada por la completa opacificación de los estratos corticales hasta las capas más superfiiales subcapsulares. El tiempo necesario para que una catarata esté madura varía: en general suele tardar dos-tres años, con la excepción de algunas cataratas como la diabética, que puede llegar a madurar en pocos meses. En la fase de madurez, si no se interviene quirúrgicamente, evoluciona hacia una hipermadurez, en la que el proceso degenerativo de las fibras lenticulares se complica con la degeneración y la proliferación del epitelio capsular. A todo ello se une la degeneración de la zónula, es decir, del medio de fijación del cristalino, que por ello se convierte en móvil. Es tal la fragilidad zonular, que imcluso un trauma pequeño puede provocar una luxación total o parcial de la catarata en el vítro.

 

En los casos más graves de catarata, no es solamente el cristalino el que pierde transparencia, sino que la pupila también aparece blanca.

 

 

 

Si la catarata es de tipo adquirido, éste será quirúrgico, para lo cual en la actualidad se utiliza la facoemulsificación que consiste en la ruptura de la catarata para su posterior succion. También el oftalmólogo puede utilizar otras dos técticas de extracción: la extracapsular y la intracapsular, que permite operar antes de que la catarata haya alcanzado la madurez. Se extirpa de esta manera el núcleo de la catarata gracias a la incisión de la cápsula anterior del cristalino, dejando en su lugar la cápsula posterior en aquellos pacientes que no presentan una opacidad completa. La recuperación funcional irá unida no sólo al éxito positivo del acto operatorio, sino a las condiciones de la retina y de los elementos nerviosos de transmisión y de percepción de los estímulos visuales. El criatalino extraído es reemplazado por una lente intraocular atificial.

 

Como dato curioso se puede señalar que en la antiguedad la primera técnica utilizada para remover las cataratas se llamaba reclinación y consistia en la introducción de una aguja la cual removía el cristalino afectado por las cataratas.