Acerca del Colon Irritable
El colon irritable también se conoce como colitis mucosa, síndrome del intestino irritable o colon espástico.
Es una enfermedad intestinal que provoca dolores abdominales y cambios en el tránsito intestinal, alternando períodos de estreñimiento con descomposición o diarrea. Las personas que lo padecen pueden llegar a sentirse inseguras para seguir con una vida normal ante los síntomas que pueden llegar a tener.
Controlar la dieta, es decir los alimentos que se consumen, es una gran ayuda para evitar brotes, malestar y dolor, y para conseguir que la persona pueda realizar las tareas diarias de una manera más tranquila.
El colon irritable, cuyo nombre correcto es el Síndrome del Intestino Irritable (SII), es una enfermedad que tiene una incidencia muy diferente según el país. En los países industrializados, como España, se considera una de las causas principales el estrés, por lo tanto tiene un origen psicosomático.
El cerebro y el intestino están muy relacionados. El estado de ánimo de una persona influye directamente en las secreciones intestinales. Cuando se pasa miedo, enfados, disgustos, ansiedad,… se segrega bilis. La bilis tiene la función de digerir las grasas en el intestino, pero es muy laxante. Por lo tanto, si una situación personal provoca que se libere bilis en el intestino, cuando no se está realizando la digestión, es muy probable que desemboque en una diarrea.
El perfil de las personas que sufren colon irritable ha cambiado un poco. Inicialmente se veía sobretodo en mujeres de mediana edad, muy trabajadores, responsables, con un nivel elevado de autoexigencia y un carácter controlador. Actualmente esta enfermedad también afecta a personas jóvenes, y hasta a niños.
El colon irritable es una enfermedad crónica (aunque puede ser momentánea en algunos casos) que se manifiesta con dolor y distensión abdominal. Además también produce trastornos en el tránsito como diarrea, estreñimiento o ambas cosas alternadas. El SII se caracteriza por dolor o molestia abdominal y alteración en la frecuencia y/o consistencia de las deposiciones (que van desde la diarrea al estreñimiento). Acompañado frecuentemente de hinchazón, gases y distensión abdominal.
El diagnóstico del Síndrome del Intestino Irritable no es fácil. Por eso, el médico especialista a la hora de diagnosticarlo suele seguir el criterio de Roma III que indica que el dolor abdominal debe reaparecer al menos 3 días al mes durante los últimos 3 meses, además de dos o más de los siguientes signos: