Acerca del Raquitismo
El raquitismo es una afección crónica de la infancia, que principalmente afecta a los huesos en crecimiento y se manifiesta por reblandecimiento, abultamiento y deformación de los huesos. Como causas favorecedoras del raquitismo, cabe destacar la falta de
vitamina D en la dieta normal y la carencia de rayos solares.
La enfermedad ya se conocía en la antigüedad (probablemente fue descrita por Hipócrates), si bien una sistematización científica no fue efectuada hasta el siglo XVII, con la descripción que de ella hizo el médico inglés Glisson, quien definió el raquitismo por las alteraciones que esta enfermedad determina a cargo de la columna vertebral (raquitismo de raquis).
Sintomas y signos
Se cracteriza por: comienzo lento y progresivo; craneomalacia (presionando los huesos de la cabrza con los dedos se deprime como el pergamino, debido a que los huesos están reblandecidos y adelgazados); la cabeza es voluminosa; con la frente ancha; la fontanella tarda mucho tiempo en cerrarse rosario costal, es decir , unos engrosamientos que aparecen en las articulaciones de las costillas; abdomen abultado y fláccido, debido a la falta de tonicidad de los músculos abdominales y al meteorismo (presencia de gases en el vientre); los miembros están poco desarrollados, debido a la atrofia de los músculos y presentan diversas deformaciones; las muñecas y las rodillas aparecen globulosas; las extremidades superiores aparecen deformadas en forma de arco; las extremidades inferiores aparecen deformadas en forma de paréntesis; en la columna vertebral aparece una cifosis o deformación a nivel de la región dorsal; aparece una disminución muy notable de la tonicidad y fuerza de los músculos, pudiéndose efectuar movimientos inverosímiles; retardo en la aparición de los dientes; son niños con palidez manifiesta, anémicos, sudan con facilidad, están tristes, por todo lloran; el hígado y el bazo están aumentados de tamaño; presentas estreñimiento, etc. Además aparecen alteraciones típicas en la sangre y radiológicamente.
Prevención y Tratamiento
La profilaxis del raquitismo debe aplicarse a todos los lactantes en los meses más pobres de sol, como son los del otoño e invierno, especialmente en los prematuros. El tratamiento, que deberá iniciarse justo después del nacimiento y prolongarse hasta después del segundo o tercer año de vida, se basa en la administración diaria de dosis adecuadas de vitamina d.
En los niños se puede recurrir a la irradiación con rayos ultravioleta mediante lámpara de cuarzo, pero este método, debido a su gran delicadeza e incluso peligrosidad, si no se dosifica justamente, se practica en instituciones con personal especializado.
Por lo que respecta a la higiene, ésta conllevará normas dietéticas, la vida al aire libre, con la posibilidad de practicar una eficaz helioterapia.
La lactancia del niño deberá ser natural; a ella se añadirá, a juicio del médico, una más o menos prolongada administración de vitamina D.
El niño afecto de raquitismo deberá ser cambiado de postura alternativamente, es decir, una vez sobre el lado izquierdo, otra sobre el derecho, para evitar deformaciones de los huesos debido a la prolongación de una posición viciosa. En la cuna, en cuanto sea posible, deberá yacer boca abajo con vigilancia para neutralizar la formación de un tórax en quilla o corregir las desviaciones cifósicas de la columna dorsal. Como apéndice a este tratamiento se deberá tratar de buscar cualquier fenómeno patológico que pueda asociarse al raquitismo, como lo es la tetania raquitógena.
Por tetania se entiende el estado de anormal nerviosismo debido a un estado de falta de
calcio o bien, si existe un nivel de calcemia normal, a una disminución de la cantidad de iones de calcio presentes en los líquidos extracelulares.
Como ya se ha dico, en el raquitismo, la presencia de calcio, a veces, es inferior a la normal, y ello se produce de forma especial al comienzo de la primavera en las primeras exposiciones solares, simultáneamente a la administración de pequeñas dosis de vitamina D por la boca que provocan una fijación ósea mayor del calcio hemático, determinando un descenso de la calcemia. Este estado provoca la aparición de los accesos de tetania (contracción ivoluntaria y duradera de los músculos) con todo el cortejo sintomatológico característico.
El tratamiento de estas situaciones patológicas colaterales se efectua con la administración de vitamina D.