Acerca de la Otitis Externa Difusa
La otitis externa difusa es la inflamación de todos o casi todos los tegumentos del conducto auditivo externo. Puede ser provocada por causas inflamatorias (supuraciones agudas o crónicas del oído), causas mecánicas (golpes, cuerpos extraños en el conducto auditivo, maniobras de extracción de cuerpos extraños, etc.) y causas cáusticas (medicaciones irritantes y cáusticas sobre la piel del conducto).
Tipos
A nivel del pabellón y del conducto auditivo exerno se pueden producir tres tipos de procesos:
1) Condropericondritis del pabellón: En este caso se produce una afectación del los cartílagos del pabellón y de su pericondrio, generalmente secundaria a un trauma local (herida, picadura de insectos, otohematoma), y con menor frecuencia a un proceso infeccioso general de todo el organismo.
2) Micosis del conducto: La micosis del conducto es una inflamación provocada por hongos (debida a veces a una escasa higiene), los cuales forman una masa blanda y blanquesina que reduce la transmisión de los sonidos y provoca un notable prurito, por lo que se diferencia fácilmente del simple
tapón de cerumen.
3) Otitis externa purulenta aguda: La otitis externa purulenta aguda puede estar localizada en un aparato pilosebáceo (
furúnculo) o difundida a toda la piel del conducto; tiene su causa en microtraumas repetidos, higiene escasa, eczema, propagación de infecciones del oído medio.
Síntomas
El primero es una fuerte irritación del oído acompañada casi siempre de dolor. También puede aparecer una ligera pérdida de la capacidad auditiva como consecuencia del bloqueo del oído externo a consecuencia del pus u otras secreciones. También puede haber fiebre más o menos alta.
Evolución
La otitis externa difusa evoluciona en tres fases: al princiopio aparece enrojecimiento e hinchazón de los tegumentos del conducto auditivo externo, dolores discretos, sensación de picazón, dolor provocado a la presión del trago y movilización del pabellón de la oreja, etc. En una segunda fase, los dolores son más fuertes y la inflamación es más intensa, llegando a obturar el conducto auditivo externo. En la tercera fase, existe una supuración más o menos intensa, complicándose con la inflamación de los órganos vecinos.
Tratamiento
El calor seco puede aliviar el dolor hasta que llegue el médico. Normalmente, éste suele recetar antibiótico y esteroides con el fin de atajar la infección y reducir la inflamación. Mientras dure el ataque debe evitarse que se humedezca el oído por dentro, pues esto puede retrasar la curación y aumentar el
dolor; por ello es conveniente utilizar un gorro o tapones cuando se bañe y por supuesto no automedicarse.