El brócoli es un vegetal originario de Asia Menor y del Mediterráneo.
Su nombre científico es Brassica oleracea y pertenece a la familia de las crucíferas, tal como la coliflor y el repollo, los cuales reciben este nombre por la disposición de sus hojas en cruz y cuya parte comestible es la pella, la cual es un conjunto de flores carnosas, y que está rodeado por hojas algo rizadas y de color verde intenso, de unos 15 a 20 cm. de diámetro.
El brócoli debe su característico olor a los compuestos azufrados que posee.
El brócoli es un aliado para todas aquellas personas que por diferentes motivos no consumen lácteos y requieren aportar a su dieta una buena cantidad de calcio, para mantener el sistema óseo en óptimo estado, sobre todo si lo combinamos con alimentos que poseen vitamina D y magnesio.
El brócoli posee entre sus compuestos sustancias como glucorafafina, ditoltionas e indoles, los cuales son anticancerígenos.
Otro de los atributos de este alimento, es su importante cantidad de fibra que contiene, ayudando de esta manera al correcto tránsito intestinal.
Quienes padecen de fibromialgia y consumen con regularidad brócoli, verán una disminución de los síntomas.
Este vegetal aporta también potentes antioxidantes a nuestra dieta, para retrazar el proceso de envejecimiento.
Son tantos los beneficios que nos da el brócoli, que en la actualidad podemos encontrar extracto de brócoli en forma de comprimidos y cápsulas.
Si se quiere conservar todas las propiedades antioxidantes y anticancerígenas del brócoli, la mejor manera de comerlo es crudo, al vapor, o luego de una breve cocción de no más de 10 minutos.
Con el brócoli podemos preparar ensaladas, ya sea solo o acompañado de otros vegetales aliñadas con aceite de oliva o mayonesa.
También con este vegetal se pueden preparar tortillas, salteados, falso cuscús, guisos, sopas, caldos, fritos, además de deliciosas cremas, para servirlas de entrada, con un toque de queso rallado.
Cada 100 gramos de brócoli contiene: